Y vale, yo también odio a esas personas que me hicieron sufrir sin motivo pero, gracias a ellos aprendí a vivir como hasta ahora y a preocuparme por lo que de verdad importa, a pasar de cosas que no tienen sentido. Antes lloraba por ellas y ahora ya me dan igual. Me encanta sentirme libre porque sí, lo soy.
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