14 de julio de 2011

Porque nada es para siempre.

Hazle frente a tus errores. Juega. Corre. Repítele mil veces todo lo que le quieres por mucho que se lo hayas dicho ya. Respira hondo. Ponte eufórica. Camina como una modelo. Besa a la mayoría de personas que puedas. Ríete extremadamente de todo. Emborráchate. Ama el chocolate. Deja que piensen que estás loca. Baila... de la forma que sea, pero baila. Canta en la ducha. Desobedece. Rompe la dieta. Habla horas por teléfono. Fúgate de las clases. Aprueba. Escucha música hasta quedarte sorda. Hínchate a helado. Haz daño... no mucho, pero hazlo. Cáete de una silla. Di delante de tu novio lo bueno que está uno de sus mejores amigos. Recuerda canciones viejas. Echa miradas por la calle. Ten amigos gays. Hazle esperar. Cae en sueños profundos. Apréndete una coreografía... o mejor... todas las que veas. Vuelve a casa a las 10 de la mañana. Siéntete sexy. Cómprate ropa de tío. Baja a tu portal a verle. Cárgate un móvil o más de uno. Léete un libro entero. Viaja. Siente mariposas en el estómago. Llora. Vive igual que un hielo por la espalda, un beso detrás de la oreja, el sushi, un gol de tu equipo... o del contrario. Igual que morder una guindilla, besar labios desconocidos, un final inesperado, tu canción favorita, una hora de masajes... Vive.


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